No se sabe quién controla la efectividad que ha tenido la contratación de miles de médicos cubanos por el gobierno de México, revela una investigación del diario El Universal.
Las tres entidades federales mexicanas encargadas de supervisar este programa (la Secretaría de Salud (Ssa), el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y Instituto Mexicano del Seguro Social para el Bienestar, el IMSS-BIENESTAR) han asegurado a ese medio que no tienen conocimiento de "si la llegada a México de doctores cubanos ha sido positiva o negativa para el sistema de salud pública".
Tampoco se conoce el número de consultas atendidas por los profesionales cubanos, ni las jornadas cubiertas, ni las zonas específicas de atención en las que laboran, indica el reporte.
La publicación asegura que no existen evaluaciones sobre "las competencias, productividad y nivel de especialización de los galenos", cuyos servicios son considerados como una colaboración externa.
Hasta agosto de 2025, el número de médicos cubanos contratados por el convenio entre Cuba y los gobiernos mexicanos de Andrés Manuel López Obrador y luego de Claudia Sheinbaum, de acuerdo a los partes oficiales, es de 3,650.
"La fragmentación de datos entre áreas del IMSS, IMSS-Bienestar, la Ssa y contratistas privados cubanos dificulta la fiscalización del programa y deja sin claridad la manera en que se administraron los recursos públicos destinados a este esquema de cooperación internacional", apunta el diario, que estima el costo total de este convenio con el régimen de La Habana en más de 2 mil millones de pesos mexicanos.
El director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, Zoé Robledo, ha mencionado que los pagos, en euros, están dirigidos a la empresa privada cubana Comercializadora de Servicios Cubanos, S.A.
El programa, al igual que otras misiones de profesionales cubanos en el exterior, ha sido objeto de críticas cuando se cuestiona la preparación de los profesionales cubanos, sus credenciales médicas, el alto costo del programa, y las condiciones laborales de los médicos, quienes reciben solo una fracción del salario convenido.
Sheinbaum negó que la contratación de personal sanitario cubano constituya trabajo forzado, como vienen denunciado grupos de derechos humanos y gobiernos como el de Estados Unidos.
La mandataria defendió que el contrato es para que los médicos cubanos "ayuden a la población en México" y que "es legal, abierto y no tiene problema".
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